El Poder Educativo de las Entrevistas Simuladas

Imagina a un joven que ha abandonado los estudios, nunca ha hecho una entrevista de trabajo, y tiene escasa confianza en sí mismo. Ahora imagina que lo sientas frente a una persona adulta que le pregunta: “¿Por qué deberíamos contratarte?”. El silencio, la evasiva o la risa nerviosa no son fallos… son la prueba de que nunca antes se le había entrenado para ese momento clave.

Las entrevistas simuladas, bien diseñadas, pueden ser herramientas pedagógicas de altísimo impacto, especialmente con adolescentes en riesgo de exclusión social o formativa. Lejos de ser una actividad menor, constituyen un entrenamiento realista para el futuro.

¿Qué es una entrevista simulada?

Es una dinámica educativa que recrea el formato de una entrevista real (laboral, académica o de acceso a becas/formaciones), en un entorno seguro. El objetivo no es evaluador, sino formativo. Se trata de:

  • Enseñar a comunicarse con claridad.
  • Fomentar la identificación y expresión de fortalezas personales.
  • Reducir el miedo escénico, la ansiedad y los bloqueos habituales.
  • Trabajar la presentación personal, el lenguaje no verbal y la actitud.
  • Promover el autoconocimiento y la preparación profesional.

La experiencia de Mochila Digital

En el marco del proyecto Mochila Digital, se desarrolló una actividad específica de entrevista simulada dirigida a jóvenes con perfiles de alta vulnerabilidad. Los resultados fueron positivos no solo en términos de adquisición de habilidades, sino también en autoestima, seguridad y expresión emocional.

Claves prácticas para aplicar entrevistas simuladas en el aula

1. Preparar antes de ejecutar

Antes de simular, hay que informar: ¿qué es una entrevista? ¿Qué tipos hay? ¿Qué buscan las personas entrevistadoras? ¿Qué errores evitar? ¿Cómo puedo destacar con naturalidad?

Un buen recurso es ver ejemplos en vídeo, analizar fragmentos reales o practicar con tarjetas de preguntas.

2. Generar un entorno seguro

La clave es que el joven sienta que puede equivocarse sin consecuencias. No se evalúa “quién lo hace mejor”, sino quién avanza. Crear un clima de respeto, apoyo y humor ayuda a desdramatizar el momento.

3. Trabajar en pequeño grupo y por turnos

Rotar entre roles permite a los jóvenes:

  • Ver cómo lo hacen los demás
  • Reflexionar desde diferentes posiciones
  • Practicar varias veces sin presión

Incluso pueden hacer de entrevistadores a sus educadores, invirtiendo los papeles